El plan de ayuda de 750 mil millones de euros anunciado por la Comisión Europea es “una excelente señal”, dijo este miércoles el primer ministro Giuseppe Conte.
“Agilicemos las negociaciones y liberemos los recursos rápidamente”, apuntó Conte, al calificar como “cifra adecuada” el fondo para la reconstrucción de 500.000 millones de euros en fondos perdidos y 250.000 millones en préstamos.
El gobierno italiano ya está estudiando no sólo cómo mejorar la propuesta dividida entre préstamos y subsidios para la parte de Italia (al final podrían ser alrededor de 173 mil millones en total), sino también cómo utilizar esa importante contribución económica.
Por primera vez la oposición de centroderecha no critica el nuevo plan europeo, aunque diga que por ahora es un plan sólo de palabras.
El gobierno quiere aprovechar la ayuda económica para hacer reformas fundamentales también aconsejadas por Europa y que nunca hasta ahora se hicieron.
La primera es un corte muy fuerte de los impuestos para empujar la recuperación de la economía y el trabajo. Es lo que piden, además, las empresas para desarrollar la producción, liberalizar el mercado y superar la lentitud de la burocracia, que es otro flagelo del sistema italiano.
Y también inversiones, sobre todo de aquí al 2022 -es decir enseguida-, para la transformación siempre más digital y de economía verde del país.
Desde el comienzo de la pandemia, Italia ha pedido una respuesta fuerte y rápida por parte de Europa.
El primer ministro lamentó que algunos países de la UE “sigan ejerciendo presión” para que se autorice un fondo modesto, sin entender el “desafío histórico” al que se enfrentan.
Italia fue el primer país afectado por el coronavirus en Europa y ha registrado casi 33.000 muertes en casi tres meses.
Radio France Internationale – 28 de mayo de 2020